10 sencillos consejos para enseñar responsabilidad a tus hij@s.

Tod@s queremos criar hij@s responsables y tod@s queremos vivir en un mundo donde otr@s hayan sido educad@s para ser responsables. Podemos decir que ser responsable no solo afecta a la vida de un@,sino que también tiene un impacto en la vida de los demás.

Enseñar a nuestr@s hij@s a ser responsables desde una perspectiva positiva potenciará sus ganas de hacer y de querer responder a las demandas que se le presenten. Esto repercutirá en su autoestima y, también, en su propósito/s de vida.

L@s niñ@s no solo quieren ser mimad@s por los adultos, también quieren sentir que son importantes y que pueden contribuir al mundo de forma positiva. Nuestr@s niñ@s y jóvenes serán responsables en la medida en que l@s apoyemos y alentemos para que lo sean.

La forma en la que los adultos nos relacionamos en el mundo y cómo contribuimos con nuestro saber hacer será ejemplo de vida y una gran motivación para ell@s.

La responsabilidad de l@s niñ@s no es solo completar una tarea, sino mostrar una actitud proactiva de querer hacer y estar orgullos@ de hacerlo.

Ser responsable es una habilidad y, como tal, se va adquiriendo en base a la experiencia. No se trata de que lo hagan perfecto ni que lo realicen a la primera. Lo importante es que integren el hábito y eso se logra con repetición y constancia.

A continuación te propongo algunas sencillas y eficaces estrategias que puedes poner en marcha para aumentar la capacidad de responsabilidad de tus hij@s:

  • Empezar temprano. Tod@s l@s niñ@s pueden llevar a cabo tareas sencillas y adecuadas a su edad y condición que, por simples que nos parezcan, cumplen una función esencial en su vida.

Un/a niñ@ de 2 años puede recoger sus zapatillas,  juguetes…; a los 5 años pueden ayudar a poner la mesa y recogerla; a los 8 años pueden colaborar limpiando el jardín, regando las plantas, colgando la ropa, etc.

-NUNCA ES DEMASIADO TEMPRANO PARA ENSEÑAR RESPONSABILIDAD.-

  • Cada un@ se hace/soluciona lo suyo. Está bien ayudar a nuestr@s pequeñ@s a atarse los zapatos, a ducharse, a preparar su bocadillo, a hacer su cama, a ir al baño sol@s, a recoger su ropa, etc. Pero, ¿hasta cuándo? Si les animamos a hacerlo sol@s y confiamos en ell@s se sentirán importantes y capaces y, además, podrán vivir en primera persona la sensación de orgullo que produce lograr realizar una tarea por un@ mism@.
  • Dar oportunidad para ser responsable. Dejar hacer (porque es así como se aprende) -sin juzgarles ni mostrarles premura por que finalicen una tarea o tomen una decisión rápida- va a favorecer que sientan satisfacción por contribuir de manera positiva en su entorno. Cualquier comportamiento que les reconozcamos crecerá y se repetirá. Su sentido de la responsabilidad irá creciendo y podrán ponerlo en práctica en el futuro en diferentes situaciones.
  • Ser modelo de responsabilidad. Los buenos hábitos comienzan en el hogar y el ejemplo de los padres es fundamental para enseñar responsabilidad a l@s niñ@s. Los adultos somos el espejo en el que se miran, por lo tanto, si has quedado en hacer algo debes cumplirlo a no ser que tengas una explicación lo suficientemente buena y poderosa que convenza a tu hij@ de que esa era tu mejor opción para no cumplir con tu cometido. Respetar las normas y actuar conforme a ellas les mostrará la importancia que tiene ser responsable y los beneficios que se obtienen, así como qué perjuicios evitar.
  • “Yo solito”. L@s niñ@s están deseos@s de hacer cosas por ell@s mism@s, de dominar su mundo, pero necesitan nuestro apoyo y mucha práctica y paciencia por ambas partes. Aprovechar el “yo solito” y brindarles la oportunidad de aumentar sus habilidades y su capacidad de responsabilidad. Animarles a hacerlo por ell@s mism@s crea vínculos afectivos que les motivarán a querer insistir en la realización de la tarea, aumentando su autoestima y confianza.
  • Rutinas y estructura. Estas son cruciales en la vida de l@s niñ@s por muchas razones. Les brinda oportunidades para repetir e integrar tareas. Por ejemplo, dominar la rutina de la hora de dormir, la limpieza de sus juguetes y preparar su ropa para el día siguiente… Para más tarde, desarrollar buenos hábitos de estudio y aseo personal y, finalmente, aprender habilidades básicas para la vida a través de la repetición de rutinas del hogar. Poner orden en su día a día y establecer un horario para llevar a cabo aquellas tareas de mayor importancia es una estrategia muy buena para que ell@s se organicen y no queden cosas importantes por hacer. Les reducirá el nivel de estrés y les ayudará a estructurarse y organizarse de forma eficiente y saludable, ya que saben lo que se espera de ellos.
  • No etiquetar como “irresponsable”. El hecho de que no hagan las tareas o eviten dar solución a problemas generados por ell@s mism@s no implica ser irresponsable. Las acciones son las que se juzgan y etiquetan, no las personas que las hacen. Proponerles estrategias para recordar aquello que deben hacer o cómo pueden enfrentarse a las consecuencias de sus actos les servirán de guía para crecer en autonomía y capacidad de decisión.
  • Remunerar ciertos trabajos familiares. Poner en valor su esfuerzo y su buen hacer a través de una pequeña paga les reporta beneficios, más allá de los económicos. Les enseña a ponerse en valor y a sentirse recompensados por su trabajo. Además, es una buena oportunidad para iniciarse en el mundo de los ahorros y prepararse para la vida futura. La familia les mostrará una forma segura de empezar a ser responsable en este aspecto, para después, animarse a ponerlo en práctica fuera de ella.
  • Expectativas realistas. Proponerles aquello que puedan realizar. Cada vez con un poquito más de dificultad para que vayan avanzando en su aprendizaje. Sin exigencias ni reproches. Si les ponemos tareas demasiado exigentes se frustrarán y si se lo ponemos demasiado sencillo se aburrirán y no lo considerarán un reto motivador.
  • Felicitar a nuestr@s hij@s por su esfuerzo y dedicación es la recompensa más grande e importante que pueden recibir. Sentir que importan y aportan es fundamental para crecer con una sana autoestima y aprender que las cosas no siempre son fáciles de conseguir y requieren compromiso y esfuerzo. Ofrecerles elogios específicos por sus acciones aunque la realización no sea perfecta.

Las personas responsables son aquellas que se ven capaces de ayudar y aportar desde su individualidad, tomar decisiones y afrontar las consecuencias de su comportamiento.

Valores tan importantes para la vida como la resiliencia, la gratitud,  la confianza y la capacidad de esfuerzo entran en juego cuando aprenden a ser responsables.

Si ponemos intención en la crianza de nuestr@s hij@s, tendrán la oportunidad de crecer confiando en su propia capacidad de cuidarse, ¿no es lo que queremos para ell@s?

4 pasos básicos hacia la Responsabilidad:

Yo Soy #inteligente-menteFeliz

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