RosaMCOLMEIRO#inteligente-menteFeliz
Ahora que ya sabemos lo importante que es favorecer y disfrutar de un buen descanso, os dejo alguna que otra recomendación -que a mí me ha funcionado- con la esperanza de que os sea útil también a vosotr@s.
Como tod@s sabemos, cada familia tienes sus normas, horarios, etc. y cada persona/niñ@ es un mundo así que, con mucha paz, os invito a ajustar estas pautas a vuestras circunstancias y necesidades.
Desde mi experiencia, la constancia y la práctica regular son fundamentales para integrar este beneficioso hábito. No sirve de nada seguir unas normas hoy y mañana dejarlas de lado. Tenéis que estar convencid@s de la bondad de vuestro objetivo y comprometeros a conseguirlo (otro día os hablaré de mi método para lograr objetivos).
Consejos sencillos y fáciles de poner en práctica, para que tus hij@s atrapen todas sus Zzzzzzs (y tú también) y aumentar así las oportunidades de disfrutar de los beneficios de un sueño reparador:
- Establecer un Plan para irse a la cama que puede ser consensuado con el niño, dependiendo de la edad. El plan puede ser flexible en algunos puntos, pero hay que tener en cuenta que respetarlo en todos sus términos ofrece previsión y eso tranquiliza a los niñ@s.
Nota: Cuando se comunica y se ensaya un plan, lo más probable es que los niñ@s lo internalicen y es menos probable que pidan cosas fuera de guión.
- Lo ideal, tanto para adultos como para niños, es que se respete el horario durante toda la semana, con un margen de 30 a 60 minutos. Quizás el fin de semana se retrase un poco la hora de ir a la cama, pero no es conveniente que sea muy diferente porque eso puede provocar un cambio en su ritmo circadiano y hacer que por la semana levantarse para el cole sea mucho más difícil.
- Ritual del sueño antes de dormir (fantástico resultado). Favorece que el cerebro poco a poco ser relaje y se prepare para un buen descanso: cantar una canción-nana y caricias, leer un poco juntos, hacer una especie de relajación con imágenes mentales bonitas y serenas, un fuerte abrazo, etc.
- Evitar alimentos o bebidas excitantes que impiden la relajación necesaria para conciliar el sueño.
- Alejar fuentes de luz artificial (dispositivos electrónicos, tv, etc.). Perturban la calidad del sueño y retrasan la hora de dormir.
- Limitar el tiempo frente a las pantallas durante el día hace que los niños estén más activos, consumiendo su energía física natural, lo que favorece que a la hora de acostarse estén más calmados -que no exhaustos-.
Lo que sucede durante el día afecta a la noche.
- Intentar que la habitación esté fresca -que no fría-, facilita que el cuerpo se relaje, favoreciendo un buen descanso y mejorando la calidad del sueño. Así lo afirman neurólogos y especialistas en esta materia. Entre 15 y 19 grados sería una temperatura ideal para un sueño reparador. Tiene que ver con cómo influye la temperatura del ambiente en la termorregulación corporal.
- Evitar con cortinas o persianas la luz exterior. A mi me ha resultado muy útil sobre todo en primavera-verano. En mi casa se hace de noche cuando yo quiero.
- Evitar sorpresas o hacer actividad física justo antes de acostarse. Eso activará a tus hij@s y les será difícil relajarse para dormir.
- Evitar cualquier fuente de estrés a la hora de acostarse. Enfados o tensiones familiares que no dejarán conciliar el sueño. Si por lo que sea, justo antes de ir para la cama, hay un conflicto familiar, intentar resolverlo o, por lo menos, hablarlo lo suficiente para que el niño se calme y se pueda dormir sin preocupación o emociones negativas. Al día siguiente será un buen momento para todos para abordar la situación y tomar mejores soluciones.
- Pasar tiempo juntos. Los niños a la hora de acostarse suelen demandar la compañía del adulto y así captar toda su atención. Suele ser un buen momento para compartir alguna confidencia y charlar de manera amena siempre reforzando los aspectos positivos.
La mejor manera de calmar a los bebés y de decirle que les queremos es con el contacto directo: abrazos y caricias junto con palabras bonitas.
- Ser positivo. Enseñarles cuándo está bien levantarse y por qué es importante dormir el tiempo necesario para un correcto descanso. Usar un reloj que cambia de color para indicar cuándo es tiempo de dormir o cuándo es tiempo de levantarse. Recompensar a los niños por cumplir el horario de descanso. Crear asociaciones positivas con el descanso.
- Utilizar la cama y el dormitorio para descansar. Que no haya distracciones que interrumpan este tiempo. Crear una fuerte unión con la cama y el dormitorio hace que luego sea más fácil conciliar el sueño.
- Noches inquietas. Hay niñ@s que durante un período más o menos largo de tiempo suelen sufrir terrores nocturnos, sonambulismo o pesadillas. Ser comprensivo y armarse de paciencia es lo que toca. Tranquilizarlo con cariño, abrazarlo y sentirlo hará que se tranquilice y vuelva a dormir de nuevo. Al día siguiente, si tu hij@ se acuerda y te cuenta su pesadilla, está bien escucharlo y ayudarle a gestionar ese mal sueño enfocándose en otros finales o situaciones alternativas que puedan tranquilizarle. Explicarle que las pesadillas son producto de su imaginación y asegurarles que están a salvo.
A veces los niñ@s pasan por cortos períodos de insomnio. No desesperarse es lo más apropiado en estos casos. Entender que es normal y forma parte de su desarrollo. Cuando son pequeños, los padres tenemos que enseñar a dormir a los niñ@s. Esto significa llevarlos a la cama cuando se levantan en el momento equivocado y ayudarlos a calmarse después de un mal sueño.
Y ante cualquier duda o necesidad de cómo superar estas situaciones o para temas más complejos como sonambulismo o terrores nocturnos recurrentes consultar con un especialista para que te ayude a enfocar y afrontar mejor esta situación, por el descanso del niño y por el descanso familiar.
Cuantas más estrategias y pautas para un buen descanso pongas en práctica, más se relajará su mente y se quedará dormid@ más fácilmente.
Yo Soy #inteligente-menteFeliz