Durante mi infancia no fui una gran lectora. Leía lo que tocaba en el aula o los textos relacionados con las tareas escolares. Lo de coger un libro por mi cuenta y disfrutar leyendo no formaba parte de mi día a día. Recuerdo que teníamos lecturas obligatorias en bachillerato. Recuerdo con especial cariño uno de esos libros obligatorios que debía leer para aprobar la asignatura: “Rebeldes”. Leerlo despertó en mí algo que me hizo ver la lectura desde una perspectiva diferente y enriquecedora; que incluso podía generar cierta adicción. Confieso que seguí leyendo por “obligación” ya que, como he dicho, no tenía la lectura como fuente de entretenimiento.
Mucho más tarde, en uno de mis cumpleaños, recibí un libro como regalo. Me hizo muchísima ilusión porque nadie antes me había regalado uno. Además de engancharme su trama, me recordó que leer me hacía viajar y vivir mundos diferentes al mío. Aquel libro fue el inicio de mi diaria rutina lectora. Ese año leí más libros que en toda mi vida. Los devoraba. Aprovechaba cada momento para dejarme atrapar por su historia…en esa época me decanté por la temática egipcia.
Con este sencillo resumen de mis primeras vivencias literarias, ¿qué quiero transmitirte? Que a veces no leemos por desconocimiento, porque no sabemos lo que nos estamos perdiendo. Especialmente cuando somos pequeños. Si no lo ves en tu entorno y no te ofrecen la posibilidad de hacerlo, no lo pones en práctica porque, sencillamente, no forma parte de tu vida. Por eso es muy importante mostrarles a los más pequeños el inmenso y fascinante mundo de los libros por todos los beneficios que les aporta y que más abajo te comento.
Volviendo al Siglo XXI, al momento presente, creo no equivocarme al decir, en términos generales, que la lectura ya no ocupa los primeros puestos de entretenimiento y búsqueda de conocimiento entre nuestros jóvenes, y no tan jóvenes. Estamos rodeados de tanta tecnología que tenemos a nuestra mente dispersa y aturdida con tanta pantalla, buscando constantemente el entretenimiento pasivo a golpe de “clic”, sin oportunidad alguna para el aburrimiento (origen de la creatividad), la calma mental, un tiempo de recreo con nosotros mismos, con nuestros pensamientos, etc. Haciéndonos creer que no tenemos ni un solo momento de desconexión para conectar, en este caso, con la lectura.
(Me gustaría matizar, que las tecnologías son necesarias y de gran ayuda en nuestro día a día. El problema está (por nuestra parte) en no saber decir un NO rotundo a su uso constante e indiscriminado. La educación digital es necesaria para adquirir unos hábitos digitales saludables que nos permitan compaginar la vida “on line” con la vida real. Dando siempre prioridad a lo real, para no olvidarnos de lo que de verdad importa).
Ante esta situación, me parece muy acertado recordar los beneficios que obtenemos de la lectura y cómo repercuten positivamente en nuestra salud y bienestar –más allá del tema, género o autor, el ocio o la educación-.
¿Qué se obtiene exactamente al leer libros? ¿Es solo una cuestión de placer o hay beneficios más allá del disfrute? La ciencia nos dice que leer beneficia tanto a nuestra salud física como mental, y además, añade que esos beneficios pueden durar toda la vida. Comienzan en la primera infancia y continúan hasta la vejez.
Mientras estás leyendo este sencillo texto, el hemisferio izquierdo de tu cerebro está trabajando a alta velocidad para activar diferentes áreas. Tanto tus ojos como varias zonas de tu cerebro se están activando para poder procesar toda esta información. La capacidad lectora que desarrollas modifica tu cerebro.
“Hay más materia gris en la cabeza de una persona lectora, y más neuronas en los cerebros que leen”.
-Odile Jacob-.
Aquí te dejo diez razones que te ayudarán a entender por qué leer debe ser una práctica habitual en tu vida y en la vida de tus de tus hijos, y cómo el cuerpo y el cerebro se benefician de ello:
1.Ejercita el cerebro. Se ha demostrado que la lectura mantiene nuestras mentes jóvenes, saludables y agudas. Estimula y mantiene al cerebro activo, lo que permite conservar su potencia y capacidad. Algunos estudios han demostrado que hacerlo ayuda a ralentizar los trastornos mentales como el Alzheimer.
2.Permite el pensamiento creativo y actúa como un entretenimiento gratuito. La lectura es inspiradora, especialmente cuando nos encontramos aburridos. Ayuda a que el lado creativo de nuestro cerebro se ponga en marcha, a diferencia de la televisión que realmente no usa mucho esa faceta del cerebro. Además, favorece la imaginación y nos permite soñar y pensar en formas que nunca antes hubiéramos podido hacer. Y como no, ¡es una forma de entretenimiento gratuito!
3.Mejora la concentración, capacidad de enfoque y memoria. La lectura es un entrenador mental que nos ayuda a mejorar la concentración enfocándonos mejor en la tarea que estamos acometiendo. Nos ayuda a salir del modo “multitarea” en el que estamos continuamente -que a veces nos satura y provoca falta de atención y memoria-. Leer, también, potencia la memoria ya que tenemos que recordar aquello que hemos leído para seguir la trama o argumento. Por lo tanto, refuerza lo ya aprendido y nos ayuda a integrar la nueva información en la memoria (plasticidad y neurogénesis).
4.Fomenta el pensamiento analítico. La lectura nos puede sacar de esa burbuja en la que vivimos, invitándonos a descubrir diferentes mundos. Nos ayuda a pensar y a reflexionar para tomar decisiones antes problemas que puedan surgir.
5.Gran aliado para combatir el estrés. La lectura ayuda a desconectar física y mentalmente de lo que nos rodea. Nos transporta a otro mundo y nos aleja de la monotonía. Al hacerlo, puede disminuir el estrés, el ritmo cardíaco y la presión arterial. Leer, también nos ofrece otros puntos de vista que pueden esconder valiosos consejos o soluciones a nuestros problemas.
6.Fuente de conocimiento. Leer es fuente de conversación y de conocimiento en general. La lectura nos conecta con otras personas. Con otros intereses. Con otros mundos. Los libros tienen la capacidad de proporcionarnos información que de otro modo no hubiéramos conocido y nos da soporte para mejorar nuestras habilidades comunicativas.
7.Amplía vocabulario y enriquece la escritura. Cuanto más leemos, más crece nuestro vocabulario, junto con la capacidad de comunicarnos de manera más efectiva, y esto repercute, a su vez, en nuestra autoestima (ya ves hasta dónde llega su influencia). Por otro lado, las habilidades de escritura mejoran, ya que comprendemos y aprendemos diferentes estilos de escritura. E incluso puede ser motor de aprendizaje de otros idiomas.
8.Facilitador del descanso. Por un lado, la lectura en papel nos ayuda a desconectar de nuestro día a día y nos aleja de otras distracciones, como dispositivos electrónicos que en lugar de calmar nuestro organismo lo activan, etc.; y por otro lado, potencia la relajación y ayuda a conciliar el sueño.
9.Fuente de motivación y desarrollo de la empatía. El libro correcto puede motivarnos a nunca rendirnos y a mantener una actitud positiva. También, leer aumenta la capacidad de comprender los sentimientos y creencias de los demás al identificarse el lector con los personajes. Nos permite experimentar otras realidades y perspectivas.
10.Efecto contagio. Ejemplo positivo. Los niños aprenden no sólo haciendo, sino también mirando y observando a su alrededor, en concreto a sus adultos de referencia, lo que significa que si leemos regularmente, nuestros hijos aprenderán a hacerlo ya que despertará su interés por la lectura.
Espero que entre estas diez razones encuentres la motivación necesaria para introducir la lectura en tu día a día, que disfrutes de sus beneficios y lo hagas extensible a tu entorno.
Quizá no seas un gran lector todavía. Puede ser porque no hayas encontrado el tema, el género o el escritor que te atrape. Te animo a que sigas buscando para poder disfrutar de esa lectura que te llene, y poder así compartir este hábito en familia.
Recuerda que:
* Los efectos de la lectura son acumulativos, así que permite que los niños lean tanto como sea posible.
* Nunca es demasiado tarde para comenzar a aprovechar los beneficios físicos y psicológicos que le esperan en las página de un buen libro.
“La lectura es para el cerebro lo que el ejercicio es para el cuerpo”. Lo mantiene sano y vivo.
Leer es la puerta a la reflexión, imaginación, innovación y creatividad.
Gracias por leerme.
En Instagram te cuento más cosas.