Recientemente, celebramos el Día de la Salud Mental. Cada vez se habla más de la importancia de cuidar de nosotros mismos, no solo en lo que se refiere a nuestro aspecto físico, sino también, -y aquí va lo más importante- de nuestro bienestar interior. Cuidar de nuestra mente es esencial, y cuanto antes empecemos, mayor prevención haremos. Por eso, se hace necesario cuidar la salud mental de los más pequeños, no solo por el impacto que tiene en su desarrollo, sino también porque les estamos enseñando desde muy temprana edad la importancia de cuidar de sí mismos, y esto es una lección valiosa que llevarán consigo a lo largo de sus vidas.
A través de estas palabras me gustaría remarcar la importancia de atender las necesidades básicas del cerebro de un niño, para que crezca y se desarrolle, como siempre digo “Inteligente-menteFeliz”.
El cerebro es como un lienzo en blanco, listo para absorber conocimiento y experiencias. Durante los primeros años de vida, nuestro cerebro se desarrolla a un ritmo asombroso, creando cientos de miles de conexiones neuronales por segundo. Es un proceso que sienta las bases para nuestro futuro. Pero aquí está el secreto: el desarrollo saludable del cerebro de un niño depende de cinco pilares fundamentales:
1. Conexión: Los niños necesitan sentirse conectados con los adultos que los rodean. Esta conexión les brinda la confianza para explorar el mundo y probar cosas nuevas. Las relaciones positivas con los adultos les dan el apoyo emocional necesario para crecer y aprender.
2. Comunicación: Hablar y escuchar son habilidades cruciales. Cada vez que interactuamos con los niños, no solo fortalecemos nuestros lazos emocionales, sino que también les enseñamos habilidades para la vida, desde hacer amigos hasta enfrentar desafíos en el futuro.
3. Juego: El juego es el lenguaje natural de los niños. A través del juego, desarrollan habilidades sociales, emocionales y cognitivas. Es su manera de aprender sobre el mundo y expresar su creatividad.
4. Un entorno Saludable: Un ambiente seguro y cariñoso en casa es esencial. Proporcionar un hogar estable y afectuoso contribuye significativamente al bienestar mental y emocional de los niños.
5. Comunidad: Los niños no se desarrollan en un vacío. Forman parte de una comunidad más amplia que influye en su educación. Una comunidad comprometida con el bienestar de los niños puede marcar una diferencia real en su futuro.
A menudo, nos preocupamos por estimular a nuestros hijos con actividades múltiples y juegos, buscando darles lo mejor. Sin embargo, en esta carrera por el “más”, a veces olvidamos lo que realmente es “lo mejor” y lo que necesitan.
Cada interacción temprana y frecuente es muy valiosa y afecta a la salud del niño. Las relaciones positivas con adultos fortalecen su salud mental y les proporcionan las habilidades esenciales para explorar, aprender y afrontar desafíos futuros con éxito.
Optar por el contacto real, es esencial para nutrir esas conexiones cerebrales y fortalecer el desarrollo integral de nuestros niños.
Para ellos, estas acciones tan cotidianas son la base de su futuro❤️