RosaMCOLMEIRO#inteligente-menteFeliz
¿A quién como padre/madre no le ha pasado alguna vez que su hij@ a la hora de ponerse con los deberes comenta con la boca pequeña que se le ha olvidado apuntar lo que tenía que hacer o que se ha dejado el libro en el cole y no puede estudiar? Nuestra contestación suele ser: “bien, y ahora, ¿qué?” (quizás, después de soltarle una reprimenda por su olvido).
Ante esta situación planteada, suele haber dos opciones: una es que vaya al cole con los deberes sin hacer y la otra es pedir “auxilio” a otra familia y, de esta manera, evitarle que pase un mal momento al día siguiente delante del maestro.
Puede ser que, si no nos paramos a reflexionar sobre la situación, no veamos grandes diferencias entre elegir una opción u otra. Y decidamos, sin mayor problema, elegir la segunda.
Sinceramente, no encuentro que las consecuencias (llamada de atención del profe o quedarse sin recreo para acabar la tarea en cuestión, etc.) sean tan graves como para querer evitarle el mal trago a nuestro hij@. Y al contrario, sí encuentro grandes beneficios que obtiene de esta experiencia.
¿Nos paramos a preguntarnos alguna vez ´Qué es ser estudiante´, ´Cuáles son sus cometidos´, ´Qué responsabilidad tienen´?
Ser estudiante no es sólo incorporar conocimientos académicos sino también valores para ir progresando satisfactoriamente y, uno de esos valores poderosos es la RESPONSABILIDAD.
Educar en responsabilidad es una tarea a largo plazo, que exige por nuestra parte esfuerzo y compromiso, la misma que hemos adquirido en el momento que hemos decidido tener hijos. Responsabilidad y compromiso con nosotros mismos, con nuestros hijos y con la sociedad. ¡Casi nada!
Una persona es responsable cuando pone cuidado y atención en lo que hace. Cuando es consciente de sus obligaciones y asume las consecuencias de sus actos y responde ante ellos. P.ej. Se ha olvidado los deberes, debe asumir sus consecuencias y responder por ello.
La responsabilidad es un valor central ya que reúne otros valores como el esfuerzo, el compromiso con uno mismo y también con los demás, la confianza, la autonomía, la honestidad y la capacidad de tomar decisiones por sí mismo. Cualidades importantísimas en la vida de una persona que le ayuda a estructurar y organizarse para la vida.
Otra de las bondades de promover la responsabilidad en nuestros hij@s es que les ayudamos a que entrenen el “músculo de la atención”, pieza clave en su proceso de aprendizaje y en la consecución de sus objetivos.
En definitiva, educar en el sentido de la responsabilidad les ayuda a madurar e ir desarrollando esa corteza pre-frontal donde se hospedan todas las funciones superiores del cerebro que les van a ayudar a progresar en la vida.
¿Somos realmente conscientes de qué tipo de mensajes transmitimos a nuestros hij@s cuando intentamos “sacarles las castañas del fuego” o realizar una tarea por ell@s? Cuando intentamos por todos los medios que no pasen un mal trago, ¿crees realmente que le estamos haciendo el favor de su vida? Yo soy de la opinión de que no. Actuando de esta manera sobre-protectora estamos privando al niñ@ de que tome conciencia de sus actos. Crecerá con la creencia de que no tiene que preocuparse por nada, ya que mamá o papá estarán ahí siempre para darle la solución.
Si les enseñamos desde pequeños a “engañar” o atajos para evitarles un mal trago, no les estamos preparando para la vida. Y la sociedad requiere de ciudadanos responsables. Vivir la vida es un acto en sí mismo de responsabilidad.
Les prepara para la vida, les enfoca en lograr sus objetivos, comprenden el valor de lo que tienen, toleran mejor el fracaso y aumentan su tolerancia a la frustración, desarrollan su talento y su potencial, y todo ello les ayuda a construir una autoestima sana, creciendo en autonomía y en el sentimiento de que son útiles.
Darles la oportunidad de hacer las cosas, de errar y de aprender de ello. De que comprendan a su ritmo las consecuencias de tomar decisiones y de hacer las cosas bien o mal. Sólo haciendo y experimentado van a aprender. Si se lo evitamos, porque nosotros siempre estamos ahí para hacerlo más rápido y mejor, les estamos privando de una enseñanza muy valiosa. Y las consecuencias de sus errores hoy serán siempre menos dramáticas y más manejables que cuando realmente se enfrenten al mundo real. Sin sus padres observándolos en cada momento diciéndoles cómo deben actuar.
¿Sigues creyendo que no tiene ninguna implicación conseguirle esos apuntes o los deberes olvidados para hacer la tarea?
Hazlo por ellos. Te lo agradecerán eternamente.
“No se puede escapar a la responsabilidad del mañana evadiéndola hoy”
Abraham Lincoln
En otro post recomendaré pautas sencillas y fáciles para educar niñ@s responsables.
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